¿Qué pasaría si mañana los gobiernos del mundo decidieran claudicar en mantener a hombres hegemónicos gobernando? Ya saben, mandatarios versión actual, modelo tipo: Adolf Hitler (Alemania), Augusto Pinochet (Chile), Efraín Ríos Montt (Guatemala), Vladímir Putin, Joseph Stalin (Unión Soviética), Idi Amin Dada (Uganda), Benito Mussolini (Italia). O algunos más recientes, como Trump (USA) o más pá acá porque México también tiene lo suyo, solo mencionar a Felipe Calderón y las víctimas de su llamada Guerra contra el Narcotráfico, que siguen apareciendo en fosas clandestinas e irregulares y bueno del actual presidente mejor no hablamos, pues este sexenio parece estar dividido entre buenos y malos, chairos y fifis, entre la percepción de progreso frente el costo real de la vida cotidiana en el barrio y, ya saben los otros datos.
Frente a estos breves ejemplos de genocidio, violación de Derechos Humanos, desigualdad sistemática, discriminación, violaciones sexuales, desplazamiento forzado, expropiación de territorio, sí, si me gustaría ver ese momento en que nos gobiernen las feministas. Le aseguro que ninguna feminista, enviará a soldados a quemar pueblos, a violar a niñas y mujeres en pro de una conquista racial, o exterminio de “raza”, le puedo apostar que ninguna de mi tribu, pensaría en mandar una bomba atómica a los otros, a los distintos, pues las feministas somos sobrevivientes de estas políticas de exterminio, esas y otras violencias nos han atravesado el cuerpo, lo rasgan, lo rompen por el simple hecho de nacer en un cuerpo de mujer, además de la interseccionalidad que se van hilvanando como ser mujer afrosdecendiente, indigena, precarizada, y soma al entramado de opresiones y desigualdad. Y también desde un cansancio crónico, histórico, epistemológico, de que nuestra vida y conocimiento valga menos, de trabajar dobles o triples jornadas sin un reajuste económico salarial, un poco desde el hartazgo de parir hijos e hijas que serán desparecidos y/o asesinados, cansadas también de vivir con miedo a que nos acosen, o nos violen o nos maten, y molestas, sí, de que confundan la gimnasia con la magnesia, y nos llamen feminazis por defender nuestra vida, nuestras libertades y derechos, un tanto desde ahí es que me hago la pregunta ¿qué pasaría si nos gobiernan las feministas?
Si las feministas llegaran al poder, en todos los espacios, parlamento, congreso, municipalidad, academia, rectorados, secretarías, etc, haga usted de cuenta lo que hemos vivido desde (por tomar un punto de partida) el 58 a.C. hasta 2023 d.C hombres y sólo hombres tomando las grandes decisiones de la historia y la vida de sus gobernados, ahora, imagine un mundo feminista, no, no se espante, las feministas no quieren guerra contra los hombres, no, no se les va a meter a campos de concentración, ni de trabajo forzado, no se les va a arrebatar ninguno de sus derechos como persona, ni mucho menos serán sometidos a intervenciones médicas sin su consentimiento nada de vasectomías forzadas, como sí lo han hecho los gobiernos de nuestro país con las mujeres en distintos momentos de nuestra historia, tampoco se les mutilará genitalmente como sí sucede en la actualidad en niñas y mujeres que viven principalmente en África, estados árabes y en algunos países de Asia, Europa del este y América latina. Entendemos que quizá se teme a que las feministas en la gobernanza tomemos las mismas decisiones cruentas y violatorias de derechos humanos que la mayoría de los hombres en el poder en el transcurso de la historia, pero no, mire, el latido, el quehacer feminista está basado en construir otros mundos posibles, donde quepamos todas, como lo ha señalado Sylvia Marcos, feminista académica mexicana, un mundo donde quepamos creadoras y creativas, así, en todo nuestro potencial radical de transformar las practicas que nos han lastimado y aún nos lastiman como sociedad.
Sí, no le miento, tal vez se desmonten algunos privilegios que han ayudado a sostener desigualdades históricas, pero en estricto apego a los derechos humanos, no se asuste, mejor anímese a pensar una nueva estructura de gobernanza, que no de poder, desde un abordaje de los diversos y múltiples feminismos.
Si nos gobernaran las feministas, tendríamos usted y yo una mayor participación en la toma de decisiones económicas, es probable que se concrete una mayor participación de todos y todas en la toma de decisiones económicas a nivel global. Una agenda legislativa que incluya la conciliación entre trabajo y vida personal, por políticas que faciliten esa conciliación con la implementación de horarios laborales flexibles, la promoción de licencias parentales remuneradas y la valoración del trabajo de cuidado no remunerado. Le puedo prometer que se podría observar un aumento en la inversión en sectores sociales, como educación, salud sexual y reproductiva y bienestar, así como el ejercicio de reconocer el valor de estas áreas y su impacto en el desarrollo sostenible y equitativo de una sociedad.
Es importante destacar que un mundo de gobiernos feministas mundiales no implicaría un enfoque exclusivo en cuestiones de género. Porque desde el feminismo podemos ver, que no todas las personas hombres y mujeres tienen conductas misóginas, violentas y/o machistas, pero sí podemos observar que los gobernantes de épocas pasadas y actuales perpetúan un sistema de dominación del que parece imposible escapar. Puedo apostar la parte izquierda de mi corazón guayabo que; otro mundo sería posible, si nos gobernarán las feministas desde la digna rabia y la ternura radical.
Denisse B. Castañeda