Desde la perspectiva nuestra nuevamente reiteramos las tesis de familias disfuncionales, con problemas originados en su desorganización, en violaciones, en falta de respeto y educación y sobre todo pretender resolver los problemas familiares por medio de la violencia.
De muchas maneras y nos referiremos a esta figura más en nuestro idioma, estos abusos prepotentes, esos acosos físicos, psicológicos, sociales y sexuales, de un alumno o una alumna en una escuela por otros, que los agreden, los amenazan y provocan graves daños a los que son agredidos, requiere con urgencia la atención, primero de las familias; después la clase de escuela en la que estén los menores o los adolescentes, la preocupación de los padres de acudir a las asambleas, a las reuniones, a las juntas, para saber el comportamiento de sus hijos, quiénes son los que los pueden agredir, cuáles son las situaciones reales, pero evidentemente con una apertura mental para entender que estos graves problemas de esta manera de violentar debe ser atendido en muy diferentes directrices.
Éstas agresiones, esos abusos de prepotencia, se dan para empezar en familias disfuncionales que han optado por los métodos violentos para sobrevivir, para educar a sus hijos, para sus relaciones conyugales o con concubinarias, pero siempre originando y creando graves problemas dentro de la familia. La ausencia de valores o no tener reglas adecuadas de la convivencia van a dar por resultado, incluso en el caso de castigos violentos en la familia contra sus propios miembros que los intimiden, va a llevarnos a una repetición del modelo, en donde en la escuela, donde los niños, las niñas y los adolescentes, están a merced de grupos o de personas, compañeros de grados superiores o con más experiencia o más fuerza física y con prepotencia, agreden pretendiendo resolver cualquier diferencia por la violencia.
Forman parte de todo esto, para que ustedes como padres, como madres de familia, como maestros, pongan toda la atención, porque hay maltratos físicos, pero qué ocurre con los que son psicológicos, verbales y que se ocultan, o sexuales, que frente a ésto deben interesarse los maestros, sobre todo porque estamos en el campo de la escuela, para que se pongan las soluciones, las alternativas más adecuadas a este tipo de agresiones, por otro lado hay que subrayar que los acosadores, algunos atacan en grupo, es decir, su cobardía llega a tal punto que se hacen fuertes en bola o en multitud, y evidentemente contra niños, niñas o adolescentes que no tienen este tipo de formaciones mentales. Es importante que una vez descubierto el maltrato y el acoso, se tomen las medidas necesarias para controlar la violencia y procurar que no se dé lo más común, porque seguramente para ustedes que me honran leyendo estas líneas, les será fácil escuchar que dicen “no, fueron empujones, le dio una patada en las espinillas o golpes” pero ese es el principio, porque en realidad esto puede llegar a niveles muy graves, sobre todo con niños educados, niños decentes, niños que hacen bien las cosas y que sin embargo los otros creen que es una debilidad y los pueden agredir impunemente.
Prevenir el maltrato y el acoso físico es muy importante porque hay que escuchar, hay que respetar, hay que divulgar estas conductas, que los demás sepan, que no están solos los que son agredidos y que los que lo hagan recibirán un castigo.
CONCLUSIONES
Primera: El acoso físico, psicológico, social o sexual en el propio hogar, en la escuela o utilizar la violencia como método de solución de problemas es muy grave y deteriora toda la organización familiar.
Segunda: Las familias disfuncionales en el más amplio sentido de la palabra originan que sus hijos puedan ser acosadores, aprendan en la propia familia esta desvalorización de las mujeres, de los niños, de las niñas, de los ancianos, y que después en la escuela, abusando de otros o haciéndolo en grupo, atacan y con una cobardía normal que es la que tiene el agresor, lo niegan o lo ocultan.
Tercera: Es muy importante prevenir el acoso, reiteramos el término de bullying para que sea bien aprendido, pero es trascendente que en la propia familia se incrementen los valores, la convivencia, el respeto, que no haya violencia, que no haya castigos, donde se impongan la mayoría del papá o la mamá por su fuerza o porque tienen otra inteligencia respecto a un menor.
Cuarta: La fórmula más adecuada debe ser resolver los problemas dentro del hogar o fuera de éste o en la propia escuela sin violencia en ninguna de sus manifestaciones, como son la física, psicológica, la sexual y la sociología.
Quinta: El que agrede es el matón, bravucón, es la conducta de quien pretende imponer su voluntad por la amenaza o el terror.
*Profesor de Carrera, con 56 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.