Seguramente has escuchado al menos, si no es que ya interactuado con ellos, sobre los chats de inteligencia artificial. Estas aplicaciones en línea donde puedes hacer preguntas complejas y en modo de un chat, te dan las respuestas. Puedes pedir al Chat que haga tu tarea, por ejemplo, “Haz un artículo de tres mil palabras sobre el libro nuevo de Daron Acemoglu” y en cuestión de segundo empezará a escribir un resumen del libro entero. Eso es asombroso. Sin lugar a duda puedes engañar al maestro con varias tareas. Si puede hacer un ensayo sobre un libro, sobra mencionar que puede resolver ecuaciones matemáticas. Hay quienes, dejándose ir en la fiebre del pensamiento catastrofista, estarán asustados por que nos está alcanzando el futuro de Terminator, donde las máquinas controlan el mundo. La realidad es más dramática que Skynet tomando el control de los mercados. La realidad es que no son las maquinas controlándonos. Somos nosotros mismos controlándonos a través de la tecnología.
Vamos a perder muchos empleos contra la inteligencia artificial, así como desde hace años los hemos estado perdiendo contra la tecnología en general. No veo, por ejemplo, muchas marchas reconociendo el valor del cartero y pidiendo se cancelen los correos electrónicos para que el gremio conserve su trabajo. La realidad es que la erosión de la profesión del cartero ha sido gradual desde hace un par de décadas y nadie va a quejarse. Las ventajas del correo electrónico son innegables. Lo mismo está pasando, por ejemplo, en los transportes con el gremio de los taxistas. El uso de tecnologías para el desempeño del servicio ha dejado al conductor tradicional desamparado, sin otro remedio que acudir a la violencia para evitar, al menos por un momento, la erosión de su profesión. Pero, así como el cartero, el taxista como lo conocemos está condenado. Está condenado a evolucionar o morir. El cartero de hoy en día es el conductor de FEDEX, o las nuevas empresas locales a las que le subrogan el trabajo de entregarnos los paquetes de AMAZON, SHEIN, MERCADO LIBRE, etc. Así como los conductores de taxi ahora están en UBER o DIDI.
Dicen por ahí, cuando veas las barbas de tu vecino mojar, pon las tuyas a remojar. La aplicación de la tecnología a actividades a más complejas como la Administración, el Derecho o la Contaduría ya está aquí y ChatGPT es muestra de ello. Los despachos de abogados pronto ya no van a necesitar pasantes para que redacten de un machote la demanda.
El reto no es pelear contra la tecnología. El reto es saber usar la tecnología a nuestro favor, para impulsar las sociedades, no controlarlas. El correo electrónico ofreció ciertas ventajas que quien supo aprovecharlas fue pionero en un mercado revolucionario. Uber y Amazon están haciendo lo mismo y los conductores que han hecho la transición siguen teniendo trabajo. Si bien los aspectos laborales deberían estar mejor regulados, ese es un ejemplo de los pendientes que hay en materia de tecnología. Pero, desde ahorita, los abogados, contadores, doctores o administradores tendrán que poner atención a las habilidades laborales que desarrollan para no volverse redundantes frente a una máquina que no cobra sueldo. Eso va a significar un esfuerzo darwiniano por no quedarse atrás. Ese es el primer reto, el segundo reto es no caer en las garras del consumo, para que nos sigan manipulando a conveniencia. Si estas leyendo esta columna desde tu cama o en la mesa mientras desayunas, vas perdiendo.