Erick Ramírez Marañón
A lo largo del tiempo, Estados Unidos ha mantenido una hegemonía como la mayor potencia económica a nivel mundial, esto le permitió ejercer sobre las demás naciones un poder como ningún otro; al término de la segunda guerra mundial y con la conferencia Bretton Woods, el dólar se consolidó como la moneda de intercambio comercial mas importante en todo el mundo.
El sistema monetario que se estableció en Bretton Woods se basó en la fijación de tipos de cambio de las monedas nacionales en relación con el dólar estadounidense, que se fijó en una tasa de cambio fija con el oro. El dólar así se convirtió en la moneda de reserva internacional y los demás países mantendrían sus tipos de cambio dentro de un rango estrecho en relación con el dólar.
Este sistema promovió la estabilidad cambiaria y el comercio internacional lo que llevó a una rápida recuperación económica en la posguerra. A pesar de sus éxitos iniciales, el sistema Bretton Woods comenzó a mostrar signos de tensión en la década de los 60`s, por ello, en 1971 el presidente Richard Nixon suspendió temporalmente la convertibilidad del dólar en oro lo que provocó el fin del sistema de Bretton Woods. Ahora los dólares tendrían que estar respaldados en reservas internacionales de oro controlados por los préstamos financieros del FMI y el Banco Mundial.
Con el paso del tiempo las nuevas alianzas geopolíticas, en las que China y Rusia trabajan para oponerse a un orden mundial liderado por Estados Unidos, podrían socavar el valor del petrodólar. China lleva años tratando de establecer cada vez más acuerdos comerciales en yuanes (moneda china) para aumentar la relevancia de su moneda en los mercados internacionales y desafiar el dominio del dólar estadounidense en el comercio internacional, esto también como consecuencia de las constantes guerras y bloqueos comerciales a estas naciones.
El constante aumento de la desdolarización a nivel mundial ha desencadenado una serie de sucesos que refuerzan cada vez más esta tendencia. Un ejemplo de ello es el reciente acuerdo entre los bancos centrales de Rusia e Irán en el cual 52 bancos iraníes se conectarán con 106 bancos rusos con el fin de realizar sus transacciones comerciales con sus propias monedas sin depender del dólar y contrarrestando de esta manera las sanciones occidentales.
Los planes de Rusia e Irán tienen cabida en el marco del “Eje del Este” que brinda oportunidades de inversión a naciones como Rusia, China, India y Asia central. La dimensión mundial de esta tendencia se combina con la formación y fortalecimiento de los BRICS quienes en 2023 profundizarán el desarrollo de sus sistemas de pagos financieros mutuos y su propia moneda de reserva. Además, hay por lo menos 13 países candidatos confirmados para unirse a esta alianza, incluida Argentina, Irán, Arabia Saudita e Indonesia.
De manera paralela a este cambio de hegemonía económica mundial, China se ha posicionado como el principal candidato a relevar el puesto de los Estados Unidos con el proyecto de la nueva ruta de la seda china que conectará al país con Asia y el resto del mundo con el fin ganar influencia económica y política a nivel global. El gobierno del presidente Xi Jinping ha puesto en marcha grandes cantidades de inversión en países del este de África, sudeste asiático, puntos de Europa y el océano Índico.
Las rutas terrestres son parte clave en la conexión de China con puertos de la nación y países asiáticos, de igual forma, la conexión con Europa a través de rutas especificas atravesando Asia central. Una de las rutas ferroviarias más grandes del mundo y que será parte de la nueva ruta de la seda es la que conectará la ciudad de Yiwu con Madrid. Sumado a esto, China ha financiado la construcción de gasoductos y oleoductos en Rusia y Kazajistán y pese a que el proyecto está en fase de desarrollo ya ha logrado un gran despliegue de infraestructuras y apunta a extenderse a regiones como América Latina.
Para analizar el impacto que tendría la desdolarización de los mercados en México es importante primero analizar qué pasaría con Estados Unidos al ser este nuestro principal socio comercial primeramente la desdolarización implicaría enfrentar una de las mayores crisis económicas y políticas de su historia, al ser el dólar una de las monedas de reserva y siendo utilizada en más del 60% de las transacciones comerciales perdería sus estatus como moneda de reserva desplomándose su valor en los mercados internacionales, además y como consecuencia de lo anterior la dificultad para financiar su deuda pública se volvería gigantesca, los bonos del tesoro son un tipo de inversión segura y confiable pero al perder el dólar su estatus inversores buscarían alternativas mas seguras lo que repercutiría de manera directa en el aumento en el costo del endeudamiento para el gobierno.
países y empresas tienen reservas en dólares americanos de ser una constante la desdolarización de los mercados internacionales el retorno inmediato de la moneda dólar a su país de origen Estados Unidos traería consigo una hiperinflación, aumento en las tasas de interés y una desaceleración económica haciendo que la población sufra de una reducción en su patrimonio. Esto aunado a la crisis sanitaria por consumo de fentanilo en la población de Estados Unidos generaría una crisis que no se habría visto en la historia.
Finalmente, el impacto que tendría este fenómeno en México dependería de muchos aspectos como el ritmo y la escalada del evento, así como las distintas políticas que implemente el gobierno mexicano. Sin embargo, la depreciación del dólar podría significar una ventaja que posicione y aumente de manera significativa las exportaciones mexicanas en términos de competitividad.
La desdolarización implicaría una desestabilización en materia política y económica mexicana, si el gobierno estadounidense entra en recesión habría una disminución en la demanda de productos y por consecuencia de las exportaciones mexicanas lo que generaría un impacto negativo a la economía. Este impacto negativo podría ser mayor si inversores extranjeros se retiran y dejan de invertir en bonos de gobierno en México como consecuencia del desplome del dólar, esto podría llevar a un aumento en las tasas de interés ocasionando, de igual forma, como en el gobierno estadounidense un aumento en el costo del endeudamiento. Como consecuencia de lo anterior se reduciría la capacidad del país en materia de promoción y atracción de inversión lo que ralentizaría el crecimiento económico del país, se reduciría la creación de empleos y habría un aumento en la pobreza.
Por lo tanto, es imprescindible que el gobierno mexicano se encuentre preparado para hacer frente a posibles riesgos económico-políticos y tome medidas que salvaguarden la estabilidad del país.
Erick Ramírez Marañón
Alumno de la Licenciatura en Negocios Internacionales de la ESCA Santo Tomás