Cuando escuchamos declarar a los medios de comunicación al personaje que se ostenta como gobernador de Morelos respecto al incremento en la actividad del volcán Popocatépetl da pena ajena constatar el paupérrimo nivel del individuo.
Ante el cambio en el semáforo de alerta de amarillo fase 2 a amarillo fase 3, esto implica estar preparados para el siguiente paso, el posible desalojo, la evacuación total de comunidades enteras que se asientan en el radio de afectación del volcán, que serían severamente afectadas en caso de ocurrir alguna emergencia. La evacuación no implica que el volcán ya haya explotado, afortunadamente sería antes.
Importantes comunidades del estado están en ese radio de influencia, incluso comunidades de Puebla tendrían que ser evacuadas por las rutas de Morelos.
El semáforo en amarillo fase 3 implica entonces, que es la fase previa al semáforo en rojo, activar un plan de emergencia para estar todos preparados, población y autoridad para reaccionar ordenadamente ante una posible emergencia eruptiva del volcán..
Si fuera así la gente requiere y exige garantías de seguridad para sus casas y sus bienes ante posibles actos de saqueo.
La realidad es que este gobierno no tiene ninguna estrategia ni capacidad para proteger a la ciudadanía en tiempos normales, menos lo esperaríamos en situaciones de emergencia, serían los primeros en correr, el futbolista por delante.
Se requiere tener las rutas de evacuación en óptimas condiciones, bien pavimentadas, sin baches, sin topes, con toda la señalización necesaria para saber hacia donde moverse aquellos que tienen vehículo propio y para el transporte de apoyo.
Se necesita transporte en condiciones óptimas para mover a la población, cientos de autobuses, microbuses y taxis.
Se requiere tener un censo exacto, calle por calle, manzana por manzana, poblados, comunidades de la población sujeta a desalojo. Hay que informar con detalle y sin generar pánico a la gente para que acepte dejar sus casas, sus animales, sus pertenencias y trasladarlas a un lugar seguro en tanto pasa la emergencia. Esto no es nada fácil, mucha gente se niega a dejar sus casas y a sus animales, prefieren quedarse a pesar del peligro que corren.
Es indispensable tener los albergues identificados, ubicados, equipados y capacitado el personal para recibir a la población afectada.
La coodinacion es del gobierno estatal, pero participan los tres niveles de gobierno y sobretodo la sociedad.
Una posible evacuación es una medida preventiva, es decir, se daría en el momento en que los expertos del Cenapred determinaran que existe un peligro inminente de que el Popo pudiera hacer una erupción que afectara necesariamente a la población.
Este tipo de situaciones ya las ha tenido el Popo en otros momentos y se presume que pudo haber muchas víctimas mortales en esos eventos que datan de varios siglos y milenios atrás. Quien esté pensando en que un desalojo se da a partir de que el volcán ya hizo erupción está totalmente equivocado. Si esto sucediera seguramente sería una tragedia de dimensiones desconocidas.
Una posible erupción no se puede predecir al cien por ciento, pero en el caso del Popo y estudiando su comportamiento histórico, por las señales que da el volcán si es posible prevenir y evitar una tragedia mayor por la pérdida de vidas humanas.
Ante este escenario que brevemente planteo, el gobernador alcanzó a decir que el tiene mucha fe de que no pase nada. Para el mandatario es un tema de fe.
También le preguntaron si realizaría un recorrido por las zonas de riesgo para ver en que estado se encuentra la infraestructura carretera, albergues, posibles obstáculos, para prevenir contingencias, alentar a la población y otras actividades propias de quien se dice gobernar un estado; la respuesta que dio fue que lo valoraría dado la apretada agenda que tiene. Hay que comprender que el individuo anda ocupado en temas más urgentes que una posible evacuación y erupción del Popo. La realidad es que su agenda pública es mínima y cuando no hay nada que informar, porque no hace nada, los empleados de comunicación del gobierno reciclan notas anteriores o de plano las inventan.
Pero eso si, al estadio asiste pintualmente para ver los partidos del América y a las finales del fútbol mexicano; también se le ve el Palacio Nacional tomándose fotos con quien lo sostiene y lo protege a pesar de estar demostrada su incapacidad, negligencia, y complicidad con la delincuencia.
Esperemos que las autoridades de abajo se pongan las pilas y hagan lo que tienen que hacer y dejar al gobernador reafirmar su fe en el estadio que prefiera.