En su cuartel general de campaña, la aspirante brasileña al Congreso, Duda Salabert, expone con delicadeza los recortes de periódico que le enviaron en agosto pasado. Su foto está en muchas de las páginas, y se han garabateado esvásticas nazis y blasfemias sobre ellas.
“Eres un peligro para la sociedad”, dice uno de ellos. “Tienes que ser aislado lo antes posible, preferiblemente en un campo de concentración”.
Salabert, de 41 años, dijo que todas las amenazas están directamente relacionadas con su identidad como mujer trans, lo que la ha convertido en objeto de odio por parte de grupos de derecha.
Entre los más de 30 candidatos trans a los que ha hecho un seguimiento la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA) de ese país, cerca del 80 por ciento han recibido amenazas o han sido intimidados durante este periodo del ciclo electoral, dijo a Reuters la investigadora Bruna Benavides.
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La violencia política ha ido en aumento en Brasil, con candidatos y sus partidarios enfrentando una ola de amenazas y ataques. El actual presidente Jair Bolsonaro casi fue asesinado en un apuñalamiento durante la campaña de 2018.
Pero incluso frente a ese escenario base, ha habido un aumento dramático en los políticos atacados específicamente por su identidad de género antes de las elecciones del 2 de octubre, según dijeron candidatos y grupos de derechos humanos.
“En los primeros 10 días de mi campaña, recibí cuatro amenazas de muerte, todas firmadas con símbolos nazis”, dijo Salabert, quien busca ser la primera persona trans electa para el Congreso de Brasil. “De 2018 a 2022, hubo un enorme aumento de la violencia política contra mí”.
Salabert y su familia en la ciudad de Belo Horizonte ahora viajan a todas partes con un equipo de guardaespaldas, un coche blindado y chalecos antibalas, medidas que, según dijo, costaron alrededor del 20 por ciento de sus fondos de campaña. El ayuntamiento le proporciona el equipo de seguridad, pero su campaña cubre las comidas, el combustible y otros gastos.
“La mayoría de los candidatos no tienen que preocuparse por eso”, aseguró.
Los candidatos más atacados por la violencia política y las amenazas suelen ser las mujeres negras y las personas LGBT+, especialmente las mujeres trans, de acuerdo con el investigador César Muñoz, de Human Rights Watch.
“Los ataques a los candidatos trans, especialmente las amenazas contra las identidades transfemeninas, son mucho más intensos, violentos y numerosos que contra cualquier otro candidato”, dijo Benavides, de ANTRA.
Muchas brasileñas trans, incluida Salabert, se llaman a sí mismas y a su comunidad “travesti”, un término peyorativo recuperado que incorpora tanto su identidad trans como brasileña.
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Los defensores dicen que ha habido poca o ninguna protección para los políticos trans por parte del gobierno derechista de Bolsonaro, quien una vez dijo que preferiría tener un hijo muerto que un hijo homosexual.
“Los partidos políticos a menudo no se toman en serio estas amenazas, especialmente contra las mujeres trans”, acusó Muñoz. “Tienen que hacer un mejor trabajo”.
El gobierno y la policía federal no respondieron a las preguntas sobre las amenazas o las medidas para proteger a los candidatos.
La agencia Reuters entrevistó a ocho candidatos trans y travesti que denunciaron amenazas e intimidaciones en la campaña.
Erika Hilton, concejala de Sao Paulo que se presenta a un escaño en el Congreso, tiene un equipo de seguridad completo en todo momento.
“Todas son amenazas anónimas que llegan por correo electrónico o por llamadas telefónicas”, dijo Hilton en un e-mail. “Junto a las amenazas de atentado, de quemar mi casa y de matarme, también hay peticiones para que deje la política, renuncie a mi candidatura o deje de promover investigaciones contra Jair Bolsonaro”.
Benny Briolly, quien fue elegida el año pasado para el ayuntamiento de Niteroi, en el estado de Rio, tuvo que abandonar el país durante dos semanas tras recibir amenazas de muerte.
En un centro comercial de Belo Horizonte, Salabert saludó a los simpatizantes en una tarde reciente mientras buscaba un lugar para almorzar. Sus cinco guardaespaldas se mantuvieron cerca mientras desconocidos se acercaban para abrazarla y tomarle fotos.
Salabert, quien dijo que perdió su trabajo como profesora de literatura en la escuela secundaria en 2018 debido a las amenazas neonazis, dijo que ese acoso no era rival para sus ambiciones.
“Sus amenazas no nos van a intimidar”, dijo la candidata que en 2020 recibió más votos que cualquier otro candidato a concejal en la historia de Belo Horizonte. “Tengo todo el potencial para ser la persona más votada en la historia de este país”.