Hoy rendirá Cuauhtémoc Blaco su cuarto informe de actividades al frente del Ejecutivo de Morelos. El acto, del que ya habíamos hablado en alguna entrega anterior, no tendría que ser evaluado tanto por la movilización de personas que puedan hacer los operadores gubernamentales como por el contenido del documento donde bien vendría un acto de contrición del mandatario y su equipo, aunque difícilmente se dará.
Antes de que el documento sea entregado al Congreso y luego festejado con discurso y verbena por Cuauhtémoc y los suyos en la plaza de Cuernavaca, lo más destacable es que los apoyos políticos al gobernador siguen menguando. Algunos alcaldes que lo respaldaron el año pasado ahora hacen mutis, la mitad de los diputados que lo acompañaron en el 2022 se le fueron ya entrado ese año, igual que ha ocurrido con grupos sociales.
Estamos en el quinto año del mandato de Blanco y el desgaste es evidente. Apenas esta misma semana, algunos ciudadanos le reclamaban la desatención del Ejecutivo a las necesidades de obra pública, el mandatario echó la culpa al Congreso y el presupuesto que aprobaron para este año, en una aparente amnesia sobre el abandono de cuatro años del Ejecutivo estatal a muchas zonas y sectores de la actividad pública en el estado.
Pero lo que más preocupa al grupo del gobernador es la pérdida del respaldo de alcaldes y diputados, que le va reduciendo el margen de operación política, dejándola en manos de los adversarios creados y alimentados por el mismo Cuauhtémoc Blanco. Porque los alcaldes con los que Cuautémoc Blanco peleó innecesariamente en el primer trienio de su administración, son hoy los diputados que lo tienen tan molesto en la segunda parte del mandato. Algunos de los alcaldes que sus operadores políticos reclutaron para sus filas en el 2022, con la promesa de más recursos para obra pública, se han ido ante la cada vez más cercana imposibilidad del Ejecutivo para cumplir el compromiso, derivada en parte de la negativa de la Suprema Corte de Justicia de conceder la suspensión del presupuesto 2023 aprobado por los diputados.
Ahora más que cuando el grupo afín al gobernador mantenía empatada la arena política, Cuauhtémoc Blanco requiere demostrar un arrastre que conserva como ex futbolista, pero no como político. Así que recurrir a sus restantes aliados en los ayuntamientos para movilizar a personas que llenen la plaza antes de que toquen la Sonora Santanera y Merenglass, parece una estrategia obvia. Que vaya a funcionar es bastante dudoso, no porque se niegue la capacidad del Ejecutivo estatal, en cualquiera de sus ediciones, de movilizar gente (lo hicieron Graco Ramírez, Marco Adame, Sergio Estrada, Jorge Carrillo, Antonio Riva Palacio), lo que queda en suspenso es si esas movilizaciones son realmente útiles para algo más que levantar el ánimo del político en turno.
¿Conseguirá el gobernador respaldo del Congreso, de los alcaldes, de la ciudadanía si llena una plaza? El Morelos del 2023 está muy lejos de la obediencia a los impactos simbólicos.
* * *
Revisándolo bien, al alcalde José Luis Urióstegui parece estarle cambiando la suerte. Esta semana no sólo completó la tanda para pagarle a CFE y evitar el corte de energía en los pozos de Cuernavaca que habrìa generado otra crisis por falta del servicio de agua potable, también tuvo la fortuna de que la Fiscalía detuviera a dos mandos policíacos de la ciudad acusados de homicidio. Explicamos, los dos que fueron ya imputados habrían sido los responsables del C4, el centro de operación e inteligencia policial de Cuernavaca, pero fueron capturados meses antes de que el complejo que modernizará la vigilancia y acelerará la fuerza policial se encontrara operacional. Que la detención de los presuntos implicados, cuyo proceso de nombramiento fue legal y hasta habían aprobado los exámenes de control de confianza, se haya dado mucho antes de que pudieran hacer más daño a la ciudadanía, parece hasta un favor de la Fiscalía al alcalde y, bien visto, hasta a su secretaria de Seguridad, Alicia Vázquez Luna. Llama la atención el que dos presuntos homicidas hayan podido acreditar las evaluaciones de ley, que probablemente tendrían que ser revisadas a fondo, pero viendo el lado bueno, ya no están en cargos donde podían lesionar a la ciudadanía y, de paso, al alcalde y su equipo.
dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx