Triana Gámiz y Frida Preciado
México es el principal corredor migratorio del mundo. En los últimos 12 años, el porcentaje de mujeres en la migración ha aumentado significativamente, representando actualmente el 48% y se espera un incremento mayor en los próximos años. A este incremento persistente se le conoce como Feminización de las Migraciones, el cual comprende la participación de las mujeres en el proceso migratorio como único, exclusivo y aislado a la migración masculina.
Al des-generalizar el proceso migratorio se comprenden los determinantes específicos que engloba la migración femenina; esto significa que las razones, causas y metas de las mujeres son diferentes a la de los hombres al momento de migrar. Asimismo, se identifican riesgos y vulnerabilidades únicas en el curso migratorio de mujeres.
El estudio de la migración que tenemos hoy en día tiene una base y un enfoque masculino, ya que la primera ola de migración y por ende el primer estudio se da tras la segunda guerra mundial cuando los migrantes buscaban sustituir la mano de obra. Y así fue, una migración significativamente masculina hasta 2010, esta situación genera una ceguera de género dentro del estudio, la política y la práctica. Las mujeres migrantes centroamericanas, en su tránsito y arribo a México de manera irregular, presentan un alto grado de vulnerabilidad debido a la falta de aplicación activa de la perspectiva de género contenida en la política migratoria, así como la complicidad del crimen organizado con funcionarios gubernamentales.
Para poder analizar las vulnerabilidades que presentan las mujeres al migrar, debemos comprender las diferencias de género las cuales no son consideradas tanto en el análisis, la política y por ende la práctica. Las características en el tránsito por México de dichas mujeres son diferentes a las de los hombres; En el caso masculino 8.9% de ellos indicó que viajaban en grupos donde los acompañaban menores de 15 años, en el caso femenino la cifra rondó en un 44.4%, de las cuales 87.2% indicó que eran sus hijos. Las mujeres suelen ser 3 años más jóvenes, además en cuanto a la escolaridad la gran mayoría de las mujeres migrantes sólo concluyeron la primaria mientras que los hombres lograron concluir la secundaria. Al migrar el 51% de los hombros contaban con sustento económico, a diferencia de un 18% de las mujeres.
Dichas características muestran un marco altamente más vulnerable para las mujeres que migran, ya que se encuentran con diversos tipos de violencia que son particulares a su género como lo es la explotación sexual o laboral, la desintegración familiar y la extorsión. El tráfico de mujeres y niños migrantes se convierte en uno de los principales actos ilícitos en México. Al rededor de 6 de 10 mujeres viven algún tipo de abuso o acoso sexual en su tránsito por México. El motivo principal de migrar para la mujer es la violencia de género que enfrentan en sus hogares. La condición de vulnerabilidad va ligada, a interacciones con las fuerzas de seguridad, al poder, a la pobreza, a la etnia o clase social. Si a esto se le une la condición de género y el no contar con documentación acreditativa, la situación de la mujer en los flujos migratorios es devastadora.
La estrategia al migrar se vuelve una característica que diferencia a las mujeres por sí sola. Principalmente por la capacidad física, sumando todas las diferencias mencionadas anteriormente. En cuanto a las estrategias migratorias, un 70% de las mujeres utiliza servicios de coyotaje a comparación de un 54 % de los hombres. Este coyotaje influye haciendo la ruta más costosa económicamente o por intercambio sexual. Es dentro de este proceso que la mujer es violentada. La Ruta del Este es utilizada un 10% más por las mujeres, esta ruta es más costosa económicamente y más larga, pero más fácil en cuestiones de agilidad.
Asimismo, solo el 4.3% de las mujeres acuden a albergues, esto se da porque el crimen organizado vigila a las migrantes y localiza estos puntos para violentarlas tras su salida ya sea en cuestiones de trata, o de abuso sexual. También está la cuestión del transporte, los trenes de carga suelen ser la opción más económica y rápida, solo un 7% de las mujeres lo utilizan a comparación de un 20% de los hombres. Esto por tres razones: 1) seguridad, 2) agilidad y 3) el migrar con niños. Por lo que optan por el autobús que es más costoso y lento. Toda característica única de la mujer genera vulnerabilidades específicas para las mujeres. Por lo que deben de ser consideradas en la política migratoria.
Observamos la falta de aplicación activa de la perspectiva de género en la política migratoria mexicana. El Gobierno de México establece su política migratoria basada en el respeto de los derechos humanos y con perspectiva de género. Sin embargo, diversos factores evidencian la falta de esta perspectiva en la práctica. La presencia del crimen organizado en zonas frecuentadas por migrantes ha generado violencia y vulnerabilidad, especialmente para las mujeres. La respuesta del gobierno ante los abusos ha sido insuficiente, responsabilizando a los grupos criminales y violando el principio de Atención a la Migración Irregular. La desconfianza hacia las autoridades, la corrupción y los prejuicios discriminatorios dificultan que las mujeres denuncien los abusos y busquen protección.
Además, las medidas de control dificultan el paso de los migrantes, exponiéndolos a abusos y violaciones de derechos humanos. La frontera sur de México se convierte en un lugar peligroso para las mujeres migrantes. También se viola el principio de responsabilidad compartida al implementar medidas restrictivas debido a acciones contradictorias impulsadas por EE.UU. Estas medidas han obligado a los migrantes a transitar por zonas más peligrosas y vulnerables. Además, el uso de la Guardia Nacional para aplicar la ley migratoria plantea preocupaciones por su falta de preparación y enfoque adecuado en derechos humanos.
Los ejemplos mencionados anteriormente son pocos a comparación de la cantidad de violaciones de los derechos humanos que sufren las mujeres centroamericanas migrantes en su tránsito por México a diario. Sin embargo, nos muestran un panorama realmente preocupante en cuanto a las leyes que respaldan y resguardan la vida de las migrantes que transitan por nuestro país.
Asimismo, la política migratoria mexicana persiste en su objetivo de contener y gestionar sus políticas en beneficio de EE.UU, lo que resulta en una violación directa o indirecta de los derechos humanos de las personas migrantes. A pesar de afirmar tener una perspectiva de género como elemento distintivo en su política migratoria, esta resulta difícil de identificar. Los datos y eventos mencionados anteriormente sugieren que las mujeres migrantes siguen siendo un grupo altamente vulnerable dentro del territorio mexicano, y las políticas y leyes destinadas a protegerlas han sido y continúan siendo inadecuadas o prácticamente inexistentes.
TRIANA GÁMIZ es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Anáhuac, ha adquirido experiencia práctica como Programme Development en MAGENTA. Sígala en @trianagamizzz
FRIDA PRECIADO CHOMER es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Anáhuac.