Samantha Sánchez
El pasado 7 de diciembre se registró en el Perú un intento de Golpe de Estado por parte del ahora expresidente Pedro Castillo, quien anunció sus intenciones de destituir el Congreso y crear un gobierno de excepción como respuesta al proceso que enfrentaba en el que se le pretendía destituir de su posición por acusaciones de corrupción en su contra. Al día de hoy, el expresidente se encuentra detenido y acusado por presuntos delitos de rebelión y conspiración, de acuerdo a lo que dicta la Constitución Peruana.
Sin afán de analizar las razones de fondo y la veracidad de ellas, en esta ocasión la interrogante se basa en la importancia de los efectos a raíz de esta situación: ¿y a nosotros por qué debería importarnos?
Bueno, los efectos de las decisiones políticas nos enseñan siempre que el principal y primer afectado es el ciudadano, por ejemplo:
Canasta básica: Dentro de las siguientes dos horas de lo sucedido, los noticieros locales informaban sobre desabastos de alimentos básicos en los supermercados por compras de pánico. Al entrevistar a las personas que se encontraban en el lugar, se reportaba que su principal temor era el alza de precios en la canasta básica dentro de los siguientes días. Ante un escenario de incertidumbre, cubrir las necesidades básicas de forma inmediata se vuelve prioridad.
Comercio internacional: El primer impacto que sufrió la economía del Perú tras la declaración de un intento de Golpe de Estado fue la caída del valor del sol peruano (moneda local) ante el Dólar. Si bien es cierto que la fluctuación de la moneda de cada país depende de muchos factores (micro y macroeconómicos), también sabemos que uno muy relevante es la incertidumbre o la confianza en las instituciones públicas del país en cuestión.
La caída de nuestras monedas tiene un impacto importante en el poder adquisitivo, principalmente; y, posteriormente, se ve afectada la posición de nuestras economías en el mercado internacional. Esto significa que las relaciones comerciales (tanto de compra como venta) del Perú pueden verse afectadas, impactando directamente a sus principales socios comerciales entre los que se encuentra México dentro de su lista de exportadores.
Turismo: Por otra parte, de acuerdo al análisis reportado por la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno, se empiezan a registrar cancelaciones ante la falta de claridad. En cuanto a nuestro país respecta, la Embajada de México ha emitido una lista preventiva de recomendaciones de seguridad e información de emergencia para turistas que se encuentren en Perú.
Perú institucional: la sociedad civil peruana celebra la destitución del expresidente, sin embargo, también ven al país lejos de recuperarse. Como hemos hablado en anteriores columnas, la confianza en las instituciones públicas es básica para el desarrollo de una nación.
Relaciones internacionales: Poco antes de que le detuvieran, el expresidente solicitó refugio en la Embajada de México. Posteriormente, a través de su abogado defensor, solicitó asilo en nuestro país. De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), toda persona en el mundo tiene derecho a solicitar asilo cuando se sienta perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de genero u orientación sexual.
El presidente mexicano ha externado su opinión defendiendo al expresidente peruano y justificando sus hechos con motivos de persecución racista y desaprobación por su origen; cabe mencionar que no ha reconocido la legitimidad de la presidencia de Dina Boluarte, primera mujer presidente en la historia del Perú. Aunque la solicitud de asilo no ha tenido resolución, el presidente mexicano había aprobado el recibimiento del expresidente Castillo en nuestra Embajada en Lima.
Las consecuencias de las decisiones políticas tienen un impacto directo en la vida de los ciudadanos. Los efectos colaterales de estas consecuencias llegan más allá del interior de la nación. La comunidad internacional siempre se verá afectada – de manera comercial, o social, por mencionar algunas – por lo que suceda en las regiones más cercanas. En nuestro caso específicamente, ¿qué sucedería si a nivel nación no reconociéramos la legitimidad de una presidencia? ¿Y si otorgamos asilo político ante hechos reprobables por la comunidad internacional? En cuanto al comercio, ¿cuáles son las razones correctas que deben preocuparnos? ¿Es el impacto en nuestras exportaciones o el desabasto de la canasta básica en otras naciones? ¿Actuaríamos a su favor?
A manera de reflexión personal, el mismo Jesucristo lo dijo, “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Las decisiones políticas afectan todo, menos nuestra voluntad personal. El punto en la historia que estamos viviendo nos lleva a reflexionar de manera inmediata las medidas que nosotros sí estamos en posición de tomar: el refugio a una persona en necesidad, la aceptación de diferencias con otras culturas que históricamente, pero no personalmente, son enemigas; el reconocimiento de la autoridad y la ayuda mutua…
Queridos lectores, en esta ocasión y a modo de agradecimiento por acompañarnos a lo largo de este año, quiero animarlos a cerrar las diferencias y las brechas culturales, económicas y sociales que tanto nos han dividido como naciones pero que, en nuestro día a día, nos unen unos con otros. Que estas fechas sean en compañía de nuestros seres amados y que aquellos que falten en la mesa no sea por que las diferencias han sido mayores. Que hoy y todos nuestros días la respuesta a la interrogante que tanto nos hacemos “¿y por qué debería importarme?” sea “porque ante nuestras diferencias, todos hemos sido hechos iguales”.
Felices fiestas.
SAMANTHA SÁNCHEZ es mexicana, licenciada en Negocios Internacionales por el Instituto Politécnico Nacional. Cuenta con 7 años de experiencia en finanzas, monitoreo y ejecución de recursos y supervisión del cumplimiento de normativas en Organismos Internacionales. Actualmente radica en París, Francia, donde se desempeña como funcionaria internacional en Administración y Finanzas.