Todo apunta a que la oposición en Morelos construirá una alianza en que por lo menos participarán Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, pero que probablemente sumaría a algunos de los minipartidos que lograron mantener registro en el 2021, como Morelos Progresa y el Movimiento Alternativa Social; aunque el bloque, hasta donde sabemos, también lanza coqueteos a Movimiento Ciudadano y a los liderazgos políticos de Nueva Alianza, Agustín Alonso y Verónica Anrubio, que podrían significarle una cantidad de votos suficiente para contender contra Morena, PT y Verde en el plano local.
Las negociaciones para la alianza van viento en popa, al grado de que los dirigentes de PRI, PAN y PRD andan tomándose fotos juntos en todos lados. Si a ello sumamos el bloque legislativo que ha logrado construir la oposición uno pensaría hasta que la situación de aparente emergencia derivada de la crisis política en Morelos, uno pensaría que incluso podría haber más fuerzas sumadas a la alianza local, incluso algunas de las que en el plano nacional podrían jugar con el oficialismo. Cierto que falta mucho aún por definir, pero también lo es que la política local tiene una dinámica distinta de la nacional, así que las fórmulas electorales que se presenten en el plano federal para Morelos, no necesariamente serán las que operen en el estado.
Hay una lista enorme de factores a considerar: el saldo de las rupturas en Morena, tanto nacional con la eventual salida de Ricardo Monreal, como en lo local, con el evidente desplazamiento que han sufrido los liderazgos tradicionales del movimiento cuya dirigencia nacional ha preferido evidentemente favorecer al grupo del gobernador, Cuauhtémoc Blanco; la negociación de Agustín Alonso y Verónica Anrubio con el frente opositor para ver si abandonan Nueva Alianza; la postura del PT local que podría decidir marchar en solitario como en el 2024; la definición de la franquicia del Verde en Morelos en torno a sumarse a opciones de coalición; la probable supervivencia de la cercanía entre las versiones locales de Movimiento Ciudadano y Acción Nacional, frente a la eventual determinación de la versión nacional del naranja para ir en solitario; la valoración que el bloque opositor haga de los dos por ciento que significan el MAS y Morelos Progresa. Todo eso tendrá que resolverse en los primeros meses del año entrante, pero hasta ahora parece que la oposición en Morelos tiene vida (aunque no muy visible, ciertamente), en parte imbuida por la coalición legislativa que han logrado construir los diputados del Congreso local, la mayoría de ellos, por cierto, eventuales candidatos de un bloque opositor a posiciones que incluirían alcaldías, diputaciones y a lo mejor alguno hasta podría aspirar a la gubernatura.
Nombres para candidaturas diversas del bloque opositor parecen sobrar: José Luis Urióstegui, Francisco Sánchez Zavala, Ángel García Yáñez, Rosalina Mazari, Laura Ocampo, Eliasib Polanco, Agustín Alonso, Verónica Anrubio, Andrea Gordillo. Además, en el Frente Ciudadano de Morelos hay de dónde escoger, Chacho Mátar, Brenda Valderrama, Jorge Messeguer, Lourdes Riva Palacio, Francisco Bermúdez. Empresarios que podrían ser postulados hay suficientes también, Antonio Sánchez Purón, Harry Nielsen, Juan Pablo Rivera… pero también estarían los que generara una probable ruptura de Morena en el estado, si es que la decisión de la dirigencia nacional sigue empeñada en consentir al grupo de Cuautémoc Blanco; en ese caso probablemente se sumarían cuadros como Rabindranath Salazar, Rafael Reyes, Juan Ángel Flores.
Y probablemente eso sea lo que deba valorar Movimiento Ciudadano, en un escenario como el que se pinta ya en Cuernavaca, en el plano local el partido tendría sólo a Jessica Ortega, Luz Dary Quevedo y Julio César Solís como aspirantes con trecho andado en las campañas, lo que no parece garantizarles mucho, pese al renovado respaldo a su marca en algunos estados.
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