Las investigaciones del Dr. Mario Molina sobre la química de la atmósfera lo convirtieron en uno de los principales expertos mundiales en aerosoles. Un aerosol es una suspensión de partículas sólidas muy finas o de pequeñas gotitas de líquido en un gas. Los aerosoles pueden ser naturales o artificiales. Algunos ejemplos de aerosoles naturales son la niebla, el polvo, o el rocío.
Su interés original por este tipo de materia surge de los resultados que obtiene sobre el efecto de los clorofluorocarbones, también llamados freones, muy utilizados en ese tiempo como propelentes de productos en latas de sprays. Los productos podían ser fijadores para el cabello, pinturas o cualquier otra sustancia que, una vez pulverizada, se transportase como partículas. Con el tiempo, comenzaron a documentarse situaciones en que la inhalación de sustancias suspendidas en aerosoles afectaban la salud.
Con la finalidad de documentar y asesorar a los gobiernos sobre las consecuencias de los aerosoles, sobre todo cuando se encuentran asociados a la contaminación del aire, el Dr. Molina estableció en México la Fundación Mario Molina. Gracias este tipo de estudios fue que el gobierno se decidió a cerrar definitivamente la refinería de Azcapotzalco así como a sustituir por gas natural el carbón y el combustóleo que se usaban como combustible en las de Tula y Celaya. Ahora sabemos que residir en un radio de unos 50 km de una refinería de petróleo incrementa el riesgo de sufrir cáncer de vejiga, mama, colon, pulmón y próstata, así como el de leucemia, situación que hace todavía más relevante su sustitución por otras tecnologías que aprovechen energías renovables para generar electricidad.
Pero regresemos a los aerosoles. Por su ínfimo tamaño, miles de veces más pequeñas que un grano de sal, las partículas suspendidas en aerosoles no se asientan como el polvo sino que se quedan suspendidas en el aire indefinidamente.
La respiración también es una fuente natural de aerosoles. Todos hemos experimentado el efecto del frío sobre nuestro aliento, el vaho que se percibe en estas condiciones es un aerosol y solamente lo vemos porque se condensa más de lo normal, pero siempre lo estamos emitiendo, sobre todo cuando tosemos o estornudamos.
Durante los primeros meses de la pandemia por COVID-19 se asumió que la vía de transmisión del coronavirus iba a ser igual que el de la influenza. Es decir, que la enfermedad se propagaría por contacto entre personas o a través de superficies. Por eso se hizo hincapié en medidas como la higiene de manos, objetos y en casos drásticos, el aislamiento.
Pero muy pronto comenzaron a detectarse casos atípicos. Personas contagiadas que no se habían expuesto directamente al contagio, a veces grupos completos, lo que obligó a los expertos a repensar el mecanismo de transmisión del virus. Una de las líneas de investigación que se siguió fue la evaluación de los aerosoles. En este sentido, el punto de quiebre fue la publicación del artículo “Identificación de la transmisión aérea como la ruta dominante para la dispersión de COVID-19” con el Dr. Mario Molina como uno de sus autores, en mayo de 2020, en el cual se analizaron datos colectados en la ciudad de Wuhan.
Esta publicación desató un acalorado debate pues provocaba la completa revisión de las medidas preventivas implantadas por la Organización Mundial de la Salud. El debate se generó inclusive dentro de la comunidad científica pues hubo muchos colegas que descalificaban al Dr. Molina por no ser médico.
Esto ocurrió en medio del rechazo de algunos gobiernos, liderados por el de Estados Unidos, en contra de las medidas recomendadas por el organismo internacional. El debilitamiento de la OMS fue tan grave que retrasó un año la recomendación del uso de cubrebocas, la única forma efectiva de evitar la dispersión del virus a través de aerosoles, como el eje de la medidas preventivas.
El actual repunte estacional de casos de COVID-19 en Europa ha reavivado la polémica pues es evidente que para contener la pandemia no es suficiente la vacunación. Dos años después de la publicación del artículo, parecería que el uso de cubrebocas como medida preventiva preocupa todavía a algunos gobiernos pues le recuerda a la población que la pandemia no ha terminado, afectando con eso intereses políticos y económicos.
Pero eso no debiera detenernos. Cada vez que se pongan el cubre bocas será como un pequeño homenaje al Dr. Mario Molina, un gran hombre que dos veces aportó su conocimiento para la salvación de la humanidad.
Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:
Twitter: @BValderramaB
Facebook: https://www.facebook.com/BValderramaB