Cuautla, Mor.- Entrevistar al doctor en Historia y antropólogo Carlos Barreto Zamudio no es fácil. Sus compromisos académicos nos dificultan concretar la fecha. Pero lo teníamos que encontrar. Es un experto en el Plan de Ayala.
Al fin se da el encuentro, y esta entrevista que la hice hace tiempo sale hoy publicada a 111 años del segundo levantamiento de Emiliano Zapata (noviembre de 1911; el primero fue el 10 de marzo del mismo año), pero ya no en contra de Porfirio Díaz, quien salió de México poco después que se levantó el sur, sino contra el ya presidente Francisco I. Madero, con el Plan de Ayala en mano.
Ya con Barreto Zamudio comienzo, escucha la pregunta y responde: “Mira, Lya, hay dos maneras de plantearse la respuesta del origen del Plan de Ayala. Una es la que tiene que ver con su elaboración, con el proceso mismo de su concepción, el imaginarlo, el pensarlo, el redactarlo y después difundirlo. Y eso, evidentemente es un mérito del grupo revolucionario morelense que en ese momento encabeza Emiliano Zapata.
“Yo creo que hasta la fecha la versión más acabada es aquella que plantea que son el profesor Otilio Montaño, Zapata y el general José Trinidad Ruiz (este último general y predicador protestante mexicano que participó en la revolución mexicana y uno de los firmantes del Plan de Ayala), los que finalmente llevan a su conclusión este plan”.
Pero hay otra visión mucho más profunda que nos lleva a los orígenes del Plan de Ayala en sus raíces históricas y que tiene que ver con el problema mismo de la tierra en Morelos y que no es un problema de coyuntura ni que haya surgido dos años antes 1910-1911, sino que es un problema añejo que tiene que ver con la conformación de las formas de propiedad desarrolladas durante el régimen colonial. “Aquí en Morelos tenemos muy claro dos herencias coloniales: la religión plasmada en los conventos y la hacienda con su régimen de explotación que finalmente es una concepción colonial que va a durar hasta el siglo XX y el acabar con ella es uno de los grandes méritos de la Revolución del Sur.
El colapso del régimen de propiedad hacendaria que fue cercando a los pueblos ignorando sus derechos sobre bosques, agua y tierras y manteniéndolos en un régimen de semi esclavitud, fue un choque entre las formas tradicionales de vida que prevalecieron durante siglos y las nuevas formas de propiedad de la tierra que tiene que ver con la expropiación de los latifundios. Y el momento de coyuntura es este movimiento zapatista que para protegerse del embate, de la desavenencia que van a tener, no solo con los terratenientes, sino con el presidente Madero, da a conocer como una estrategia defensiva el Plan de Ayala a nivel nacional. Es el ideario que plasma a lo que aspiran los campesinos y los pueblos de Morelos.”
¿Cuál sería el mayor valor del Plan de Ayala?
“El que es producto de la inspiración popular. Es el poner en papel la voz de los pueblos en cuanto a valor histórico. Otro tipo de valor, es el colapso de este tipo de propiedad latifundista tan extremo. Otro valor más, es que a través del Plan de Ayala el campesino va a aparecer, ya no como carne de cañón sino como un interlocutor que se va a relacionar con los grandes problemas nacionales.”
¿Crees que si el gobierno hubiera aceptado alguna de sus cláusulas, México sería un mejor país como asegura Jorge Zapata, hijo de Nicolás, primogénito del Caudillo del Sur?
“Uno de los grandes valores del Plan de Ayala, es que el país que vamos a conocer después de la Revolución, no hubiera sido el mismo sin el Plan de Ayala. Pero a mí me place mucho verlo como un producto campesino, popular. Se le buscan orígenes por diferentes rumbos al Plan de Ayala a fin de distanciarlo de los campesinos a los cuales se les sigue viendo como personas incapaces de decir siquiera lo que anhelan. Creo que a final de cuentas sí hay un fuerte choque con el grupo que va a manejar la Constitución, sin embargo, el Plan de Ayala sí tiene cierto peso y sí se le toma en cuenta para la elaboración de la Constitución del 1917 aunque en el discurso político, es decir, el campesino, después del Plan de Ayala, aparece ya como un actor respetable de la vida socio-político en el México posrevolucionario.
Y seguimos el próximo lunes.