Los dirigentes de los partidos de oposición (PRI, PAN y PRD) dieron a conocer en conferencia de prensa, a fines de la semana pasada, que participarán en coalición parcial en las elecciones de 2023 en los Estados de México y Coahuila, así como para la Presidencia de la República y la Jefatura de Gobierno de la CdMx en 2024.
También anunciaron el acuerdo de que el PRI será responsable de elegir los candidatos de la Coalición en Edomex y Coahuila. El PAN, por su lado, será responsable del nombramiento de los candidatos a Jefe de Gobierno de la CdMx y a la Presidencia de la República. Estos acuerdos representan una amigable componenda entre los partidos de la derecha mexicana, donde se reconoce la fuerza relativa de unos y otros.
El PRI tiene prioridad en el manejo de las elecciones estatales de 2023 porque actualmente tiene en sus manos el gobierno de ambas entidades. Al PAN se le reconoce, por otra parte, su fuerza política relativa a nivel nacional, así como un rechazo menor al del partido tricolor en todo el país ante la ciudadanía. El PRD tendrá en ambas instancias solo una participación simbólica.
La candidata del PRI –que por lo mismo será de la Coalición—al gobierno del Edomex es Alejandra del Moral, quien fuera destapada según la usanza más tradicional, por funcionarios del Grupo Atlacomulco. Ella ha sido diputada local y fungía, en el momento de su designación, como responsable de los programas sociales del gobierno de Alfredo del Mazo Maza.
Como precandidatos quedaron en el camino varios aspirantes del PAN, entre ellos Enrique Álvarez del Villar, quien fuera lanzado al ruedo por el propio Marko Cortés el año pasado, en una maniobra que resultó contraproducente, ya que ese destape generó uno de los más álgidos temas de controversia con el PRI de “Alito”, antes de la ruptura temporal entre ambos partidos debido a diferencias legislativas.
Por otra parte, el candidato de Morena en las elecciones de Coahuila será el senador Armando Guadiana, miembro del partido obradorista desde hace unos 8 años. El legislador ha ocupado diversos cargos como funcionario público. Es un empresario de origen carbonero, nacido en Ciudad Múzquiz y con una carrera académica en el Instituto Tecnológico de Monterrey, en el cual se graduó y donde ha impartido clases de Matemáticas.
Por su parte, Ricardo Mejía Berdeja, exsubsecretario de Seguridad Publica, renunció a su cargo para dedicarse de lleno a su campaña por el gobierno de Coahuila. Mejía Berdeja tendrá el apoyo del PT y probablemente de algunas fuerzas políticas locales. También el PVEM hará una campaña independiente.
De este modo, la izquierda no participará unida en la próxima contienda estatal. Mejía Berdeja acusa a Guadiana de tener nexos con el “moreirato”, es decir con el grupo priísta dominante durante muchos años en esa entidad, cuyo nombre se deriva del apellido de dos gobernadores de Coahuila en períodos anteriores: Humberto y Rubén Moreira.
El abanderado del PRI es Manolo Jiménez, exalcalde de Saltillo y que ha desempeñado algunos cargos de responsabilidad en el gobierno estatal, y quien además cuenta con el apoyo de “Alito” Moreno, dirigente nacional del tricolor. En el camino hacia la nominación quedaron relegados otros precandidatos.
En Edomex, la coalición de izquierda, encabezada por Delfina Gómez Álvarez ha logrado coordinarse de manera adecuada con sus aliados, PT y PVEM. Cuenta con cerca de las dos terceras partes de las preferencias electorales: según la última encuesta de la empresa Ennkol, DGA tiene el 57% de las preferencias, que sumadas al PVEM (4%) y PT (2%) arrojan un total de 63 por ciento.
La derecha tiene solo el 30% de las preferencias: el PRI 18%; el PAN tiene 10% y el PRD 2 puntos porcentuales. También suman los dos puntos de un partido más, Nueva Alianza, con lo cual llegan en total al 32% de las preferencias. La diferencia entre ambas formaciones es de más de 30 puntos porcentuales.
Lo más grave para la coalición de derecha es el rechazo de la población contra sus partidos: 49% de los ciudadanos en Edomex quiere un cambio y que no siga en PRI en el gobierno estatal; entre PAN, PRD Y NA acumulan por lo menos otro 20% del rechazo popular. En conjunto, la derecha tiene más repudio que aceptación popular en el Edomex.
Hay que tomar en cuenta que el padrón electoral de esa entidad es el más grande del país, con 12.5 millones de ciudadanos. También es el estado con mayor presupuesto de egresos, que se eleva a 356 mil millones de pesos, más amplio que el de la Ciudad de México, cuyo monto se eleva a 248.5 mil millones de pesos.
El interés político de la coalición de derecha en estas entidades se incrementa por la proximidad de las elecciones de este año. En los convenios de coalición, el PAN se ha reservado la pieza más grande: tendrá prioridad para designar al candidato común a la Presidencia de la República y al gobierno de la Ciudad de México, donde las huestes panistas controlan varias alcaldías, aunque algunas han sido fuertemente golpeadas por el escándalo del cártel inmobiliario.
En el ámbito nacional, queda claro que ninguno de los precandidatos panistas –o cercano al blanquiazul—tiene en este momento la más remota posibilidad de ganar una elección si compitiera contra los precandidatos de Morena. Pero –al igual que en Coahuila—alguna disidencia nacional del partido obradorista podría eventualmente inyectarle alguna posibilidad.
Esta posibilidad se hará presente hasta fines de ese año o a principios del 2024. Hay dos precandidatos morenistas que no jugarán el papel de disidentes: Claudia Sheinbaum, antigua militante y dirigente de movimientos de izquierda, destacada por su firmeza, y Adán Augusto López, paisano y amigo personal del tigre de Macuspana. Habrá que observar con interés el comportamiento político de los demás aspirantes.