Los seres humanos constantemente estamos sometidos a nuestros pensamientos y sentimientos para la toma de decisiones diarias. Entre señales imperativas y descargas de conciencia entre el bien y mal, ahí vamos controlando instintos, deseos y acciones.
Pero, qué es lo que ocurre cuando la humanidad de manera continua da muestras de aceptación ante una elevada violencia, se convierte en espectador y a veces en el protagonista permanente y apacible ante un mundo iracundo y cada vez más cruel.
Muchas respuestas arrojan la psicología social y la psicología de masas. Ambas, se han dedicado a estudiar y a comprender las causas y motivos socio-psicológicos que subyacen al comportamiento humano y las masas. Procurando llegar a leyes y principios que rigen la convivencia para facilitar la calidad de vida de cada individuo y así favorecer a un funcionamiento óptimo de la sociedad.
En suma, en 1974, una artista serbia de nombre Marina Abramovic se atrevió a traspasar la línea de la teoría e ir más allá de los principios señalados por especialistas.
La artista dedicada al arte del performance, exploró más allá de los límites en “nombre del arte” y realizó un escalofriante experimento como parte de una de sus obras que conforman la serie Rhythm 0. Dicha pieza consistía en que ella fungiría el rol de protagonista y directora, dualidad que la llevaría a estar de pie durante más de cinco horas.
Luego, todo estaba listo. Al interior de la galería Studio Morra de Nápoles, Italia, la artista se quedó de pie e inmóvil durante 6 horas.
Desde las 8 de la noche hasta las 2 de la madrugada ahí estuvo subyugada ante el grupo de personas ahí reunidas. Pues a sus pies estaba un letrero con una frase que decía: “pueden hacerme lo que quieran”, “soy un objeto. Me hago responsable de todo lo que pueda suceder en este espacio de tiempo”.
También había una mesa sobre la cual se colocaron 72 objetos, algunos de ellos fueron clasificados como “objetos de placer” y otros como “objetos de destrucción”.
Flores, pluma, perfumes, vino, pan, uvas, un cuchillo, tijeras, hojas de afeitar y hasta una pistola con un cartucho. Todos dispuestos ahí para que cualquier persona tomara la decisión de ocuparlos sobre el cuerpo de Marina.
Tomemos en cuenta que los performances son actuaciones donde se improvisa, donde no hay guiones preestablecidos, y donde se combinan muchos campos creativos.
// De gestos inofensivos a ofensivos en solo un par de horas //
Al principio, se acercaron personas con actitudes inocentes. Le daban besos, la hacían levantar los brazos y adoptar otras poses, le daban flores, pero al pasar tres horas, las reacciones fueron diferentes.
Otro grupo la llevó hasta la mesa, la ató y clavó un cuchillo, entre sus piernas. Luego comenzaron a desgarrar su ropa con las hojas de afeitar y un hombre le hizo un corte en el cuello para beber la sangre que de ella derramaba.
Algunos otros la agredieron sexualmente. Aunque lo más escalofriante fue cuando una persona tomó el arma y le apuntó justo en la cabeza. Por fortuna, otra persona se movió rápido y se la quitó de las manos.
En ese ir y venir de los minutos, de las manecillas del reloj que iban y venían, Marina solo sintió dolor y miedo “me sentí violada, arrancaron mi ropa, me clavaron espinas de rosas en el vientre, me pusieron la pistola en la cabeza“, recordó Abramovic.
A todas luces quedó escenificado que la atmósfera que prevalecía en aquel sitio era de agresividad entre la mayoría. Tras seis horas, según estaba planeado, Marina comenzó a moverse y a caminar entre los espectadores. Y en ese instante, todos salieron corriendo. Escapando de una confrontación real.
Por consiguiente, este performance demostró lo fácil que es deshumanizar a una persona que no se defiende. Y la artista serbia solo expuso todo ello con la intención de explorar los límites del control sobre el cuerpo humano y la mente.
En esa actuación deliberada hubo un intercambio de emociones y sentimientos. Por un lado, sometía su propio cuerpo al dolor físico y mental extremo y por otro, interactuaba con las personas investigando la moralidad y valores de la sociedad.
Estoy segura que la mayoría de nosotros, no creería que la gente que nos rodea, es capaz de hacer tales cosas a otro ser humano, pero este experimento así como otros en la historia han demostrado lo contrario.
Incluso, se ha llegado a establecer que cada uno de nosotros guarda un instinto asesino dentro, que solamente se encuentra en la búsqueda de un impulso que lo detone.
Y yo me pregunto si ante una situación como esta la gente es capaz de reaccionar de forma tan irracional y cruel ¿Cómo es capaz de actuar en situaciones extremas?