Aunque el olor a plomo y metal quemado se apoderaron de Culiacán en lo que ya se conoce como el Culiacanazo 2.0, en el poblado de Jesús María, entre la desesperación y la incertidumbre.
El jueves 5 de enero no fue un día como cualquiera. El motivo: nuevamente capturaron al hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ovidio Guzmán López, lo que generó una ola de violencia por parte de grupos delincuenciales y un operativo de seguridad por parte de autoridades federales.
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Sin embargo, en esta ocasión las cosas serían distintas, puesto que las fuerzas de seguridad tenían la encomienda puesta, “El Ratón” tenía que ser capturado.
El pueblo fantasma
Jesús María no solamente fue el epicentro del hecho, también fue uno de los sectores más afectados. Lo poco que se pudo saber de la localidad es que permanecieron sin electricidad, agua potable o algún medio de comunicación debido a los bloqueos perpetrados por grupos criminales.
Asimismo, por la magnitud del operativo, los daños colaterales que se habían generado estaban calculados. Equipo de El Sol de Sinaloa trató de ingresar al pueblo al día siguiente de la detención, cuando supuestamente ya todo estaba “normal”, pero un convoy de elementos del Ejército resguardaba la entrada.
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“No pueden pasar, es por su seguridad, nos informaron de otro posible enfrentamientos con grupos del crimen organizado en esta zona”, comentó uno de los uniformados.
Allí mismo se encontraban familiares de habitantes del pueblo, quienes demandaban ingresar para verificar el estado de sus familiares. Mencionaban que los residentes dela sindicatura habían denunciado saqueos y sustracciones de personas de viviendas particulares.
“Nos vienen a decir que están esperando un enfrentamiento con gente de la delincuencia organizada, pero es incongruente que no nos dejen pasar. Queremos ir a ver a las personas que tenemos allá”, reclamó una mujer presente.
El gobernador dijo que apoyarían y restablecerían los servicios y se atenderían a los pobladores lo más pronto posible, aunque para la noche del jueves se mantenía la incertidumbre del estado de los habitantes de Jesús María.
La ciudad que olía a plomo
El arresto de Ovidio Guzmán no fue una casualidad. Luis Crescencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, informó que tras 6 meses de seguirle los pasos decidieron concretar el operativo de captura y traslado.
Asimismo, se detalló que el horario en el cual fue ejecutado estuvo planeado con precisión. Se reveló que la hora en la cual ocurrieron los primeros enfrentamientos entre los grupos criminales y las fuerzas armadas tuvo durante la madruga a fin de evitar daños a civiles.
Así es como la ciudadanía documento los primeros episodio de esta serie de acontecimientos violentos. De las primeras imágenes realizadas fue la de un helicóptero descargando una lluvia de balas.
Para este punto la incertidumbre se apoderó de la mente de la ciudadanía, aunque los eventos ocurridos el 17 de octubre del 2019 hicieron eco y rápidamente se empezó a difundir que estaba ocurriendo otro Culiacanazo.
Asimismo, los mensajes que emitieron las autoridades estatales solamente alimentaban más la confusión, puesto que no se esclareció nada y solo se pedía a la ciudadanía que se quedarán en sus hogares.
“Se están presentando despojos de vehículos y bloqueos en diferentes puntos de la ciudad, pedimos a la ciudadanía no salir, estamos actuando en consecuencia, informaremos cuando estemos en condiciones”, fue lo que el secretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo redacto en Twitter a las 6:39 de la mañana.
Mientras tanto, Culiacán se encontraba sitiada por grupos de civiles armados. Las imágenes de vehículos incendiados obstruyendo las vialidades principales de la ciudad empezaron a circular, así como los enfrentamientos ocurridos entre los delincuentes y las autoridades.
Las detonaciones sustituyeron al cantar de las aves, así fue como se despertaron los culichis.
A pie del cañón
Son innumerables los sectores en los cuales los habitantes reportaron enfrentamientos. Como saldo final, el gobierno Federal declaró la defunción de 10 elementos de seguridad y 19 presuntos criminales. De igual forma, 32 elementos del Ejército resultaron heridos, 6 Policías Estatales heridos y uno que perdió la vida durante los enfrentamientos.
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Por otro lado, y a pesar de que el gobernador Rubén Rocha Moya aseguró que las calles eran seguras, El Sol de Sinaloa no pudo entrar a la sindicatura de Jesús María obtener los testimonios de los habitantes, debido a que los militares resguardaban la entrada, anunciando que tenían detectados posibles enfrentamientos.
Publicado en El Sol de Sinaloa